CERET, 2013. Sábado: YONNET Y CUADRI
Se celebró la Feria de Ceret 2013 con menos calor que otros
años, ausencia de tramontana y abundancia insoportable de puyazos traseros. Si
alguien vino este año por primera vez pensando que la suerte de varas se
realizaría como mandan los cánones, debió de pensar ‘bah, aquí hacen las mismas
carnicerías que en España’.
1.
YONNET. Interesante novillada de Yonnet que fue
de menos a más. Con los dos primeros inválidos nos temíamos un calvario pero
llegó un tercero complicado, un cuarto excelente y un sexto pastueño. Alguno
hubiese pasado por toro en cualquier plaza española. La terna era casi al completo ‘dels Països
Catalans’, con Fernández de Sant Boi y Soler de Burriana –llamado a última hora
porque el colombiano Castrillón se cayó del cartel-. Completaba el madrileño
Ortiz. Destacaremos a Vicent Soler, que salió airoso del tercero, que pedía el
carnet –más de un torero con años de alternativa, a ese novillo no lo hubiese
querido ni ver-. Hubo petición que no parecía mayoritaria pero el presidente
Fons le concedió la oreja. No seremos nosotros quienes la discutamos. El
problema vino en el sexto donde hubo petición incluso mayor y aquí el
presidente se las dio de sabihondo incoherente y negó al castellonense la
segunda oreja. Esperemos que la ADAC enmiende al palco e invite de nuevo a Soler
el año que viene.
2.
CUADRI. Según nuestras noticias, la ADAC pagó
60.000 euros por la corrida de Cuadri. Visto el resultado, tiró el dinero. Seis
toros con un trapío que hubiese hecho arquear las cejas al mismísimo Diego
Puerta al verlos salir de toriles. Auténticos trenes negros que remataban con
fiereza en los burladeros.
Pero después, nada de nada: manseando claramente en
el caballo y parados en la muleta. El único que sacó un poco de gas en el
tercio de muerte fue el sexto, sin ser nada del otro mundo. Fiasco de Cuadri, y
ya van dos en Céret en pocos años. Ya dijimos algo aquí.
Destacaremos la estocada de Uceda al
primero y el sainete que dio con el descabello a su segundo –le abroncaron por
ello, no así a Robleño que dio otro en el quinto, pero a él aquí se le perdona
todo-.
Robleño dio cien capotazos a su primero
para ponerlo largo en el caballo, total, para nada.
Y en el segundo corrió la
mano a un torete de mazapán. El toro le pidió la muerte claramente pero, como
siempre, tuvo que ir a dejar su ridículo estoque de bambú y cuando llegó con el
de verdad, lo de siempre, venga mantazos para ver si cuadraba el toro (¿cuándo
se prohibirá el estoque simulado? ¿Por qué nadie les enseña a estos ‘maestros’
que los toros piden la muerte y es entonces cuando hay que dársela?)
Joselillo mató mal a su primero pero, ojo,
en el sexto, el único que bufaba a pesar de su aspecto acochinao y sus 630
kilos toreó de verdad, echando la pata p’alante, como tiene que ser. Pinchazo
y rinconera saliendo golpeado feamente.
El toro murió en toriles y Joselillo se
llevó una ovación auténtica, hacía tiempo que quien esto firma no aplaudía con
tantas ganas a un torero. Muy bien.
Y aquí otro lamentable ejemplo de cómo se picó:
Saludos desde Tarragona. Rafa.
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