Sobre los Victorinos en Santander

Quienes han tenido la oportunidad de ver la retrasmision de la corrida de Victorino lidiada ayer  Sabado 27 de julio 2013 desde Santander, se habran percatado, como el que escribe  y los demas amigos que compartiamos la vision, que han saltado al ruedo unos toros, destacando en este aspecto el 4°, 5° y 6°, con pitones ya no simplemente "arreglados", o  "sospechosos", si no que descaradamente mutilados, recortados, afeitados hasta las cejas, indignos hasta para una corrida de rejones en una plaza de pueblo.

Las camaras de television no mienten, y si alguien tiene la grabacion de la retrasmision de la corrida, haga el favor de acercarse con una copia de la misma al mas proximo juzgado de guardia para dejar constancia del enorme atropello a la integridad y a la etica taurina que ha sido perpretrado bajo la mirada distraida o complice de las autoridades, de la mayoria del publico presente en la plaza (que no parece haber protestado) pero no de todos los televidentes, que han podido darse cuenta con sus propios ojos (y sin la ayuda de los inefables comentaristas Don Manolo Moles y el Maestro Emilio Muñoz, que simplemente han obviado el asunto) del descarado desmoche de las astas de los animales que se iban lidiando.

Ya estamos hartos de denunciar los atropellos de las pretendidas "figuras", con sus toritos al uso, ya no es noticia que un mano a mano en Valencia entre El Juli y Manzanares, con ganado de Garcigrande, se convierta en una pantomima.

Pero nos duele mucho comprobar que en una corrida que deberia ser para el aficionado, de una ganaderia emblematica (a pesar de que no estè en su mejor momento) salten al ruedo unos animales con unas defensas visiblemente y chapuzeramente mermadas.

Ojo, que no estamos hablando de que algun piton se escobillara al rematar en tablas o contra el estribo del picador. Lo que contemplamos con asombro, disgusto y verguenza ajena, fue ver como desde la salida de chiqueros los toros ya salian con ambos pitones romos, claramente faltos de varios centimetros de su longitud, anormalmente cornicortos como nunca hemos visto a ningun albaserrada, sea cual sea el hierro que lleve.

Al contemplar semjante horror, que nos costò mucho asumir, teniendo en cuenta de que estabamos viendo toros de Victorino Martin, nos preguntamos el porque de tamaño desproposito. El cartel no lo justificaba: ni Francisco Marco, ni Javier Castaño, ni Luis Bolivar tienen el poder de exigir el desmoche de ningun toro, menos de unos Victorinos. La unica explicacion razonable es que para vender una corrida mas, en una plaza donde, por lo visto, el nivel del publico y de la autoridad no parece demasiado alto, el ganadero haya tirado de desechos, "arreglando" como mejor o peor ha podido, los toros que en el campo se han jodido los cuernos. Si asì no fuera, si los toros han llegado integros a Santander, y el destrozo corneo se ha producido en los corrales,  por accidentes de desembarque o por otras causas, los veterinarios debian haber rechazado la mayoria de las reses, y no aprobar toros cuyas defensas estaban visiblemente menguadas.  Se podian rechazar, y se debian traer otros. Pero no fue asì.  Muy mal, los veterinarios y el presidente. Muy, pero muy mal, Señores ganaderos, padre e hijo, permitir que salgan toros asì, para que todo el mundo, a traves de la pantalla, los vea, hasta en el extranjero, donde tambien  hay unos aficionados que siempre han admirado a sus toros y su integridad.  Despues del petardo de la encerrona de Talavante, que tambien fue un fracaso ganadero, no era esto lo que os faltaba para levantar cabeza.

Repito, me duele muchisimo escribir sobre este asunto, pero el cabreo que llevo es importante, maxime cuando leo cronicas domesticadas donde se habla de una corrida de Victorino "de presencia y juego desigual" (bajo el titular de "Emocionante fin de fiesta") o de "toros de Victorino Martín, bien presentados, entipados y de variado juego" (Aplausos.es). 

Los que han visto el festejo televisado, saben que, a parte la escandalosa presentacion de los toros, por lo que se refiere a los cuernos (por peso y trapio quizas podian pasar, muy justitos, en una plaza de 2^, como Santander) tampoco el juego de los "des-astados" fue para tirar cohetes. La suerte de varas, quitando el toro picado por Tito Sandoval, fue un mero tramite. En cualquier pueblo de Francia a unos albaserradas se les proporciona por lo menos dos o tres puyazos, en Santander al primero ya se procedia al cambio de tercio, como en una vulgar juanpedrada de feria de pueblo. La concesion de trofeos ha sido rigurosamente abundante, en linea con la poca seriedad de la plaza, que me ha parecido una Malagueta del Norte.

Que la mayoria de los pobres animalejos, a pesar de haber supuestamente pasado por peluqueria, hayan sido encastados, que no bravos, (no es el caso del primero, una autentico buey), a ratos peligrosos (un banderillero se llevò un percance grave) y en general el festejo haya resultado entretenido (los de luces y de plata se han portado bastante bien), no quita el hecho que todo quisqui haya podido ver por el CanalPlus unos toros con el prestigioso hierro de Victorino Martin lidiados a piè, con unos pitones que a penas se aceptarian en un festival de rejones.



Tauro