FERIA DE SAN FERMÍN, 2017 (3): ¿ESO ES EL TRAPÍO?

Ya sabemos que en Pamplona se quiere el toro con cara pero lo de ayer nos parece una exageración:

FOTO: Sergio Recuero

Estos toros de Victoriano del Río no vienen a cuento con esas caras tan fuera de lugar que, a nuestro entender, afectan negativamente al trapío. El segundo de Castella resultaba feo precisamente por eso:

FOTO: Javier Arroyo

El más bonito, para nuestro gusto, el castaño que hizo segundo y al que López decidió matar tirándose entre los pitones aún no sabemos bien por qué. Es castaño albardado, salpicado, listón, ojalado, bragado, meano corrido, axiblanco y rabicano. Al lado de los anteriores parece absurdamente cornicorto:

FOTO: Javier Arroyo

La corrida no pasó sin picar. Lo que ocurrió fue que se le aplicó el monopuyazo español en unos primeros castigos fuera de lugar y encima traseros. Hasta uno que presume de buen picador como Sandoval picó en el lomo, vean qué desastre:

Luego el toro le cogió el pecho y lo derribó merecidamente por haberle perpetrado tan demencial puyazo (no se confundan porque el toro se va suelto, que derribe no quiere decir que sea bravo ni mucho menos). 

Más puyazos en el lomo, al segundo de Castella, que en la muleta movía la cabeza como acusando este tremendo desaguisado:

No se vayan, aún hay más, al segundo de Marín:

Luego que los toros se descomponen en la muleta, ¡qué menos! ¿No creen? Éstos de Victoriano tuvieron 'clase', o sea, embistieron en general sin causar problemas a los diestros y colaborando desinteresadamente. En suma, aburriendo al personal (no así a los comentaristas televisivos, que disfrutan con los toros pastueños más que un tonto con un lápiz).

CASTELLA. En su línea habitual, perfilero y fuera de cacho con su enorme muleta, nada que destacar ante dos toros notoriamente comerciales:

LÓPEZ. Cuando tomó la alternativa, nos quedamos solos diciendo que no hacía nada diferente del destoreo habitual. Muchos lo alababan y veían en él una especie de sucesor de José Tomás. Las cañas se han tornado lanzas y los mismos que lo jaleaban le niegan el pan y la sal.

Su primero, entre que fue mal picado y que le enganchó la muleta más de lo debido, se le descompuso no poco. Acusan ahora al pobre López de pegapases cosa que, por supuesto, no vamos a discutir:

A la hora de matar hizo una cosa sorprendente. Se perfila un pelín fuera de la suerte pero en ese momento ya tiene pensado tirarse encima de los pitones:

Lleva la mano por encima de la cabeza de manera horrorosa porque siempre clava a capón. Observen, parece que vaya a descabellar:

En el momento del embroque pega un salto infame encima de los pitones:

En la foto de Arroyo se ve mejor cómo busca alocadamente la cuna, eso es un despropósito:

FOTO: Javier Arroyo

Luego el toro le pega una paliza perdonándole la vida. Quizás López quiso imitar la suerte en plancha de Cayetano pero no la domina porque, para que salga bien, hay que quedarse en la cara del toro como hace éste. Hemos captado las imágenes de la estocada que dio el otro día a su primero el hijo de Paquirri. Vean su salto digno de Nadia Comaneci:

Y observen que su pie está ¡delante de la mano del toro! Lo de cruzar y salir por el costillar no sabe lo que es y Curro Vázquez no se lo quiere contar ya que se dedica en la trastienda a otros menesteres más inconfesables al servicio de sus señores:

En su segundo, López optó por no intentar emular a Cayetano y dejó una estocada pasada y desprendida a un toro muy flojo que se le quedaba debajo por falta de fuerza.

MARÍN. A nosotros este diestro no nos impresiona en absoluto, lo vemos un imitador de El Juli -como casi todos, por otro lado-. Los halagos de que goza nos recuerdan a los mismos que se decían de López cuando empezó y vean que ahora nadie lo defiende. Ahí lo tienen imitando a Julián con la ternera que mató en primer lugar:

Su segundo fue un toro de los que antiguamente se llamaban 'empapados'. Eran los que seguían la muleta hipnotizados. Pero hubo una cosa buena: la estocada. Podría ser la estocada de la feria aunque, claro, venimos de ver a Cayetano y cualquier cosa nos parece medio decente. Marín alarga el brazo y lo lleva demasiado alto pero se ve que, por lo menos, no arranca con intención de tapar la cara al toro:

Efectivamente, no la tapa, hace la suerte sin correr y el hierro entra poquito a poco:

La espada queda arriba aunque mínimamente desprendida, nada relevante cuando se hace la suerte con verdad ¡y con los pies en el suelo!

FOTO: Javier Arroyo

Luego vino la lluvia de orejas de la que ni nos hacemos eco porque no tiene el más mínimo interés como no sea para desprestigiar aún más la bonita plaza de Pamplona.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.