FERIA DE SAN SEBASTIÁN, 2018 (1). EL PARRALEJO: DEMASIADO OBEDIENTES, GANADERO

Una señora donostiarra vecina de tendido se reía mientras nos miraba la cara en el arrastre del sexto: 'tienes la misma cara que ponía mi padre cuando venía y se enfadaba con la corrida ¡torcía el morro igual que tú!'. Tras la corrida de Illumbe, habrá dos tipos de aficionados: los que salen contentos porque los toretes han embestido con nobleza y se podría haber cortado cuatro orejas, que son la mayoría, y los que salimos indignados por ver unos animales blandos, sin casta y sin hacerse respetar, una suerte de varas inexistente (así es picador cualquiera), un Díaz pinturero, un López Simón sonámbulo y un Luis David Adame con ganas pero vulgar.

Observen la sangre que llevaba éste tras dos entradas al caballo y con el tercio cambiado:

Para esto, no hace falta que venga Bonijol. Bueno, es que no hace falta que salgan caballos. Ya lo hizo Antonio Ordóñez en 1968 (recuerden que lo contábamos aquí). A estos torillos se les pega un par de recortes con el capote y ya están picados, ésa es la corrida sin sangre a la que nos llevan. Es el ideal del ganadero, el señor Moya, emperador del detergente. En 2006, puso un cheque en Pamplona encima de la mesa y entre Borja Domecq y Gallardo le escogieron ellos (él, no) mitad y mitad de animales de sus ganaderías. Se los llevó a Zufre y ahora suponemos que al paraíso de Monte san Miguel que ha comprado a Manolo González. Es lo que tiene gozar de una fortuna que se calcula en 240 millones de euros aunque la cifra creemos que está desinflada.

Vamos viendo los toros y les contamos más cosas. A Díaz le enlotaron esta raspa que echó por delante junto al de 610 kilos que hizo cuarto. Aquí los tienen:

Éste de 610 kilos llegó a romanear pero saliendo suelto claramente:

El ideal de Moya como ganadero es 'que el toro se coma la muleta por abajo, sin molestar y obedeciendo siempre al torero'. O sea, un perrillo. El segundo fue este inválido que el presidente no quiso cambiar para hacer un favor a la empresa:

El tercero, de 500 kilos, fue otro que venía picado no del campo sino de nacimiento:

El quinto era de espectacular trapío. No hace falta que tengan los pitones antediluvianos que vemos en Madrid o Pamplona y dentro de poco en Bilbao:

¿Se han fijado en lo largo que tienen el pelo del balano estos toros? Nos llamó la atención. El último fue este castaño oscuro:

Una cosa buena tiene esta ganadería: el hierro es elegante, con la M de Moya y la Y de Yoldi, su mujer. Normalmente los millonarios metidos a ganaderos suelen dibujarse unos hierros muy horteras. Menos de media entrada ¿salieron los números a la empresa?

CURRO DÍAZ. Su primero era de trapío justito, muy blando y encima se pegó una voltereta porque humillaba escandalosamente. Tras este gran par de Castellanos, quedó ideal para que Díaz dibujase su toreo pinturero pero inane:

Ahí lo ven totalmente fuera de cacho:

Lo único soportable de su destoreo es que no se retuerce grotescamente ni fuerza la postura, eso se lo reconocemos y agradecemos:

El toro quería pero no podía porque era de cristal. Díaz lo citaba a distancia y el animal venía y nos daba pena porque ponía voluntad. Pero cuando un toro da pena es que no vamos bien, señor Moya. Pinchazo caído y esta media desprendida tapando alevosa y tramposamente la cara del toro como acostumbra, vean porque es una vergüenza y un agravio comparativo respecto a los que no se alivian así:

Su segundo es el que romaneó en el caballo de Bonijol, al que levantó como una pluma (si el toro pesaba 610 kilos y el caballo menos de 600, ustedes mismos). Pero las dos veces salió totalmente suelto, como sus hermanos:

Excelente brega de Castellanos, que enseñaba al matador que el toro era de orejita:

Pero ¿no querían caldo? Pues taza y media. Destoreo flagrante de Díaz, como ven en la foto, un escándalo:

Más enganchones de lo reglamentario, la faena que se diluye como agua en el mar porque el toro se va aburriendo y rajando y final con tendida arriba tapando la cara más descabello:

Petición minoritaria, el presidente que aguanta y cuando las mulillas ya arrastraban, tienen que pararlas porque va y saca el pañuelo. Un desastre el señor Ferro, que no supo estar en su sitio. Es un donostiarra aficionado 'de reconocido prestigio', pero no está a altura de su predecesor tolosano, ni muchísimo menos.

LÓPEZ SIMÓN. ¿Recuerdan a De Gea en el Mundial? Pues López está igual, como un sonámbulo, sin sangre, sin afición, parado. El traje de luces es transparente y al muchacho algo le pasa fuera de los ruedos porque no está por la labor.

Su primero era un minusválido total peró él pidió el cambio porque prefería torear un chivo tullido que un toro de verdad. Bronca en el tendido pero a nuestro vecino le cantamos lo que pasaría: 'mucho protestar pero él sabe que si va con cuidado a media altura y no se le cae demasiado, le terminan aplaudiendo...al tiempo'. Lo clavamos. Vean la sangre que le habían hecho en el caballo, a ver si la adivinan por algún sitio (el costado derecho estaba igual de limpio que éste):

Ningún interés ante un toro claudicante y un López pesadísimo:

Estocada horripilante en su más puro estilo, perfilándose demasiado lejos, corriendo y con el brazo alto:

Media tendida que se fue lógicamente al lomo al ir con el brazo así. Mal. 

El quinto fue este castaño de gran trapío:

Lo picó Tito Sandoval para demostrar a todo el mundo que sabe picar en el lomo como los peores:

Adame hizo su quite y López se lo miró con los brazos en jarras sin salir como una flecha a borrar esos aplausos que el mexicano conseguía con su toro ¿Dónde está la sangre por las venas y su vergüenza torera? Ni están ni aparecerán porque el muchacho está como ido.

El toro empezó a hacer cosas de manso poniendo en dificultades a los banderilleros. No a Álvarez, que puso este buen par nada fácil (los banderilleros fueron lo mejor de la tarde, sin duda). 

Nos despertó de nuestro sopor porque intuíamos que el animal iba a dar algún problemilla. El diestro, en lugar de salir a buscarlo permitió que la cuadrilla tirara de él para estrellarlo vilmente contra el burladero. El toro iba en carrera y no lo mataron contra el canto de milagro pero lo dejaron para el tinte. López ya estaba contento. Vean la codicia y la casta con que empujaba el maltrecho torillo:

Fue insoportable la faena de López y más cuando empezó con un penoso arrimón. Se nos hizo eterna, nos queríamos ir. 

Nueva estocada lamentable y a otra cosa. Aún le aplaudió el benevolente, bondadoso y cariñosísimo público donostiarra. Sólo se oyeron nuestros pitos.

LUIS DAVID ADAME. Nosotros lo vemos como una fotocopia de su hermano, no nos dice nada nuevo. El problema es que ya su hermano nos dice más bien poco. De familia le viene el gusto con el capote, donde es mucho más delicado que con la muleta:

Vean la sangre que se le hizo a su primero en el caballo:

Torete de mazapán y monerías al uso, entre ellas estas bernadinas, igual que su hermano. Luego en su segundo hizo unas sin el estoque, cosa que no cambia el pase y que nos parece una memez:

Otro que tapa la cara al matar. Pinchazo y este espadazo bajo en el lomo con descabello:

En el sexto nos volvió a aburrir con su destoreo al uso, el mismo que su hermano y que tutti quanti, observen:

Antes hubo unas lopecinas y un cambio por la espalda:

Después, las gansadas habituales que ya resultan cargantes. Su toreo es basto y cuando delante tienes a la tonta del bote como era el caso, aún canta más la gallina:

Bajonazo al encuentro con dos descabellos y el presidente que le niega la oreja cuando había la misma petición que con Díaz ¿Por qué, Ferro? Tú no tienes que valorar si hubo bajonazo o descabellos, tú miras la petición y sacas el pañuelo por coherencia con la que habías regalado antes. Si no lo haces así eres un incoherente y un polichinela.

Finalizó esta lamentable corrida con ese despropósito del palco. ¿Saben lo que dice el ganadero de El Parralejo? Lean:

"Quiero un toro que aguante cuarenta muletazos con bondad y por abajo...ése es el espectáculo que el público quiere; otra cosa es lo que quiera una minoría"

Pues eso, lo que decíamos al principio. La mayoría saldría ayer más bien contenta. La minoría, entre la que nos encontramos, salió indignada. Pero esa minoría vive de la mayoría que va a las plazas. Y la minoría va a ver si por casualidad Moya y Molina cometen un error en la selección y les sale un toro con casta y con poder. Sería la novedad y bien que les pesaría a ellos aunque a nosotros nos encantaría. A ver qué pasa en Bilbao.

Saludos cordiales desde San Sebastián. Rafa.