La fórmula de dos toros de tres ganaderías se saldó con cierta variedad dentro de la vulgaridad. Por cierto, sepan los amigos del blog que gustan de los cinqueños que aquí saltaron cuatro y no se vio por ningún sitio ese plus que dicen que tienen esos toros más talluditos. Fueron dos del Puerto sin raza, dos de Parladé en edad de jubilación pero colaboradores y dos de Victorino que fueron diferentes entre sí porque el primero era de Martín García y el segundo de Martín Andrés.
¿Saben cuántas entradas hubo al caballo? Siete. No hay más preguntas.
EL CID. ¿Éste es aquel Cid que era un Campeador con la muleta en la izquierda? Nadie lo creería, de aquello sólo quedan cenizas. Porfió al natural para ver si volvía de la ultratumba su alma en pena pero no hubo manera.
Su primero no era el previsto 'Langosto' sino un tal 'Cantador'. Salió abanto realizando varios kilómetros sin parar por Vistalegre. Antes, eso era propio del encaste Atanasio pero ahora abunda dicen que por la costumbre de correr los toros en el campo.
Cuando el toro se cansó de imitar a Zatopek, el maestro le dio unas verónicas de salón donde se vio que el toro venía picado de Salamanca. Pues aun así, va y le pega dos medias seguidas que dejaron al toro seco.
En la muleta era fijo pero díscolo por su afición al calamocheo. Eso hizo que El Cid se dedicara a pegar pases, no a torear. Los espectadores se aburrían pero no se podían marchar. El toro también se aburrió y él sí que se marchó: a tablas ¡pero al trote!
Perpendicular trasera saliéndose de la suerte y el toro que muere sorprendentemente en los medios tras haber manseado con avaricia.
Su segundo era el cuatreño de Victorino, que venía 'del semental 46, un toro contrastado'. No remató nunca en los burladeros y en el galleo de El Cid al caballo se vio su poca fuerza. Tardeó pero empujó de bravo en el único puyazo que recibió.
![]() |
FOTO: Arjona |
Excelente Curro Robles por su atención a los detalles, su buena lidia y su afición. Se notaba que el toro había gustado al maestro, que salió con decisión. Había que estar ahí para encauzar la embestida codiciosa de 'Morisco' al comienzo. Al maestro se le notaba mucho más cómodo con la ayuda que al natural, cosa habitual en todos pero no lo esperábamos de manera tan notoria en uno como él.
Cuatro tandas con la derecha y una sola por la izquierda. Pero al final volvió contumazmente a la izquierda toreando despegado, con el pico y siendo desarmado por segunda vez.
Estocada pasada, desprendida y perdiendo la muleta con descabello posterior. El toro murió en el tercio. Éste fue el victorino del hijo, el del padre le toco a De Justo.
El último que mató fue el primero de Parladé, un animal burraco y llorón que había nacido en noviembre de 2013. Otro que en el capote se vio que venía picado del campo. Metió bien los riñones en el único puyazo aunque cabeceó más de la cuenta. Se dolió en banderillas a pesar de que se iba viniendo arriba. Tuvo tranco en el último tercio pero su embestida era sucia.
El Cid nos sorprendió desagradablemente con unos naturales que fueron casi mantazos, ¡quién te ha visto y quién te ve! Le dejó una entera tendida que estaba más cerca del rabo que del morrillo.
DE JUSTO. Con gran disposición toda la tarde, si sigue en esa línea y los toros no le pegan, dará que hablar. Así hay que salir, con decisión y con afición, no como si fueses a la oficina (recuerden lo que comentábamos aquí).
Esto que decimos se vio claramente desde los lances de recibo a su primero del Puerto rodilla en tierra, muy bien. Luego hizo un airoso galleo por chicuelinas antes de que el toro regatease y derribara al caballo al cogerlo por el pecho. Prácticamente sin castigo, pidió el cambio tras este quite de frente por detrás. Nos robaba el primer tercio pero quería que el toro no perdiera el poco fuelle que tenía.
![]() |
FOTO: Arjona |
Resultó que el tal 'Malaguito' era tan calamocheador como su hermano, con la agravante de que sólo duró dos tandas. No valió ni para carne. A De Justo le dio igual entrar en la suerte natural que en la contraria. En la primera dejó una media arriba pegando un saltito feo que ha cogido como manía, es un minijulipié.
Su segundo fue 'Mirandino', cinqueño de Victorino, pero del padre. Venía 'de un semental que suele dar productos más encastados' según explicaba el hijo. Pues, oiga, queremos victorinos de ese semental (aunque la palabra 'producto' es horrorosa aplicada a este bello animal). No tenía el hocico de rata típico y remató con saña por tres veces en los burladeros, nada que ver con el otro.
De Justo dio unas verónicas de escandaloso paso atrás pero muy jaleadas.
A 'Mirandino' lo picó el hombre que lo vio nacer. Un primer puyazo contrario en la paletilla que rectifica pero ¡para clavar trasero! mientras el toro simplemente se deja. Después, un segundo en que tardea y sólo se le señala sin castigo. César Jiménez nos vendía una mula ciega por televisión cuando decía 'el toro ha peleado muy bien' (?). Al pobre le caía la sangre por detrás del brazuelo, qué pena...
En banderillas Jiménez puso un gran tercer par donde el toro lo esperó peligrosamente. Ahí torcimos el morro pensando que el de Victorino iba a sacar algo de guasa. Así fue, por eso decimos que era de Martín Andrés, que en paz descanse. A De Justo lo salvaron sus buenas piernas y la poca fuerza del toro.
Esa poca fuerza le hizo confiarse y ponerse a torearlo al natural como si fuera una ternera sin calibrar que el animal era flojo pero con malas ideas. Se confió y el toro le paso la pala por el vientre sin herirle. Se volvió a confiar y se cayó en la cara pero el toro no hizo por él. A la tercera, 'Mirandino' le dijo 'oye, ya está bien, ahora sí que te voy a mandar a pasear por los aires'. Lo levantó por la pierna sin hacer carne pero en la caída el diestro se torció la mano.
Podría haber cortado una benevolente oreja pero pinchó cuatro veces, de las cuales sólo una arriba.
Y el último fue ese 'Nardito' de Parladé nacido en marzo de 2013, hagan cuentas. Como decíamos al comienzo, era un toro acochinado y feo por no tener cuello. Pero fíjense en cómo son las cosas: se deja pegar una carioca vergonzosa, luego sufre una voltereta donde el cuello le crujió como las teclas de un piano, después le clavan una banderilla en el hoyo del puyazo y a todo ello sumen sus 612 kilos. Pues a pesar de todo esto, en la muleta se movió agradablemente. Tienen toda la lidia pulsando aquí a partir del 1:55'55'' y la faena de muleta a partir del 2:02'00''.
Con el cambio de tercio, no dábamos ni un duro por él cuando saltó la sorpresa y el de Domecq empezó a repetir. Con sabiduría, De Justo le dio aire y metros y sacó petróleo a base de derrochar afición y ganas de torear bien.
Dio unos pases de pecho muy personales, con el compás casi cerrado, de gran naturalidad. Nos recordó a los de Manolo Vázquez, con eso está dicho todo. Toreó sin retorcerse, sin resultar cargante, sin descomponer la figura y sin echarse el toro afuera descaradamente En una palabra, bastante bien para lo que estamos acostumbrados a sufrir hoy en día.
Por ambos pitones:
![]() |
FOTO: Arjona |
Cuando tenía el toro cuadrado pidiéndole la muerte, se fue a pasear, a beber agua, a hablar con los de la barrera... Pero tuvo suerte porque a la vuelta de su excursión enganchó una entera un poco pasada con su peculiar y feo saltito, como Vicente Pastor, recuerden aquí.
![]() |
Vicente Pastor en 1914 |
Dos orejas para De Justo que, según decíamos al principio, no nos molestan en absoluto a pesar de que, miradas fríamente, son un premio excesivo. A lo largo de la temporada que empieza se van a regalar centenares de orejas absolutamente bochornosas, o sea que éstas se nos antojarán de ley en cuanto vengan las del gintonic.
Hubo abundancia de toreros en el tendido: Ostos, Morante, Galván, Paulita con Ortega Cano, Curro Vázquez, Juan y Alejandro Mora... A Tauroemoción creemos que la jugada le salió perfecta: económicamente no sabemos si le cuadrarían los números entre el tercio de entrada y la televisión pero el triunfo de De Justo es una inversión que a final de temporada puede rendir pingües beneficios siempre que al bueno de Emilio Elías lo respeten las cornadas.
¿Será verdad que este año llega aire fresco al ambiente viciado de los toros? Ojalá, aunque puede ser que estemos ante un ejemplo más de gatopardismo: todo cambia para que todo siga igual (los amigos que nos leen desde Italia lo entenderán mejor en la cita original: 'se vogliamo que tutto rimanga come è, bisogna que tutto cambi').
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.