Se cuentan con los dedos de una mano los toreros que en esta feria de 2019 no han terminado su faena con la tabarra de las bernadinas. Algunos siguen emperrados en decir 'bernardinas'. Es como si dices 'manueletinas'. Que no, que vienen de nuestro paisano Bernadó.
De hecho él siempre dijo que se las vio a Ortas. Es como si usted fuese a dar una manoletina pero gira la muleta y la coge por el extremo de la ayuda. Tiene más riesgo porque hay menos tela y si encima la haces cambiada, ese riesgo aumenta. Muñoz en televisión dice 'bernardinas invertidas', cosa que no terminamos de comprender.
López se las quiso hacer a un toro totalmente aplomado. Para ello se puso muy cerca y su error fue querer hacerlas cambiadas con el toro tan cerca. Roca las cambia a toros que aún conservan algo de pujanza pero él se la jugó y lógicamente el toro se lo llevó por delante y pudo hacerle mucho daño:
FOTO: Javier Arroyo |
El origen de la popularidad de este adorno viene de aquí:
Es el festival homenaje a Vicente Pastor en 1959. Además de los anunciados, Bernadó cuenta que saltó al ruedo José Antonio Montalvo, ex jugador del Madrid, que a una becerra le dio doscientas manoletinas. El público madrileño se empezó a tomar este pase a rechifla y fue entonces cuando el maestro catalán decidió arrinconarlas y sustituirlas por las bernadinas. Por cierto, a ver si identifican al picador del festival, que se llevó un batacazo:
Es Luis Miguel |
La corrida de El Puerto dio una media de 588 kilos. Fue blandita (once veces al suelo). Estuvo muy bien presentada a excepción del feo quinto. El resto, serios y cuajados, todos muy bien encornados y negros.
El problema es que fueron todos desaboríos, oscilando entre el más bobo tercero y el más manso sexto pero siempre dentro de un aburrimiento general. Vean cómo estaba el palco:
FERRERA. El sentimental público madrileño lo obligó a saludar tras el paseíllo. Su primero fue el toro de Osborne, enorme. Nada más ver su tamaño ya supusimos que iba a cobrar en el caballo, como así fue. Carioca desagradable en la primera entrada y abundante cera barrenando en la segunda, de la que se va suelto para que no le peguen más. Todo esto con la anuencia del maestro, no lo olviden nunca. Ahí tienen a Prieto con esa mano izquierda asesina y clavando con la otra en el lomo:
Los caballos ya se han aprendido la lección y se recuestan encima de los pobres toros. El animal quedó desangelado pero sin peligro. Entre la paliza en varas y la molestia del aire, Ferrera no pudo hacer nada reseñable. Pinchazo y entera perpendicular, saliéndose de la suerte, más descabello.
A su segundo lo recibió con unas tijerillas:
Luego lo quitó del caballo con un par de caleserinas (que no faroles). Cobró a conciencia en varas aunque era el propio diestro quien lo sacaba del caballo. Antonio, menos sacarlo y más dosificar el castigo.
Montoliú estuvo muy mediocre en banderillas y Sánchez bastante mejor, de poder a poder. Ferrera se planteó la duda: ¿salgo a los medios para ver si el toro responde mejor o me quedó en el tercio para resguardarme del aire aunque el toro se defienda más? Optó por la primera solución y el vendaval hizo muy difícil el trasteo. Si a eso añaden que el toro embestía por obligación, ustedes mismos.
Bajonazo infame saliéndose de la suerte como se aprecia en la imagen. Pues este monumental despropósito fue recibido con una ovación en el momento en que entierra la espada. ¿Ven como es la primera plaza de pueblo del mundo?
PERERA. Su primero era basto de cabos pero tan bien encornado como flojo (se fue cuatro veces al suelo). Dos puyazos traseros para variar pero vimos la clara intención de Perera de no castigar en demasía. ¿Por qué no toman nota los toreros emergentes de que las figuras se preocupan de no masacrar a toros que de salida ven que son flojos?
Buen segundo par de Curro Javier y el toro que, además de flojito, embestía con una buena dosis de sosería. Nada destacable excepto que Perera se puso pesado. Media caída perdiendo la muleta.
FOTO: Javier Arroyo |
Su segundo fue el más feo por degollado y sin cuello aunque tenía un morrillo notable. Su picador Rodríguez, que es malo, tenía el toro parado a un metro, y le clavó un palmo más atrás de las agujas. Quizás con lo de 'malo' somos generosos.
El toro quedó manso y huidizo pero si hay un torero capaz de centrar un toro así en la muleta es Perera. Lo consiguió a duras penas porque el animal reculaba y se rebrincaba pero sin peligro. A la mínima de cambio salía de estampida. El extremeño sacó petróleo, por eso no nos extraña que los ganaderos lo quieran en sus tentaderos.
FOTO: Javier Arroyo |
Trasera perpendicular clavando a capón y tapando la cara más cuatro descabellos.
LÓPEZ. Su primero era serio y badanudo. Otro toro blando de remos y vulgar de embestida. López le daba tanditas de tres pases y a respirar. El animal era de condición autista, ahí lo tienen tras un pase de pecho:
Como también era licenciado en bobería, López quiso calentar a los isidros con las citadas bernadinas, ahí va:
El toro no tragó con los cambios que intentó y lo prendió. Tiene suerte porque no le pincha:
Tiene suerte porque no cae con las cervicales, cosa que le podría haber dejado en silla de ruedas:
Tiene suerte porque cuando hace por él en el suelo no lo encuentra:
Tuvo muchísima suerte por equivocarse dando la tabarra con ese adorno que ya se ha convertido en nauseabundo. Bueno, nauseabundo para nosotros porque la isidrada continúa jaleándolo ya que disfruta con él más que un tonto con un lápiz.
Al entrar a matar, López montó el numerito. Con la mano en las nubes como acostumbra, tiró la muleta al llegar a jurisdicción para lanzarse sobre los pitones . ¿Dónde vas?
De esa lamentable y temeraria guisa, cobró dos pinchazos y luego, dos más con descabello. No entendemos esta actitud injustificable.
El último era largo, acapachado, corniapretado y astifino. Pesó 625 kilos:
Manseó en el caballo y se resabió en banderillas. No había futuro pero va López y brinda ese animal al respetable. Nadie lo silbó ¿cómo es posible? Tal y como era previsible, no hizo nada. El único interés del toro era su incertidumbre y sus arreones de manso, con los que confirmaba lo inconcebible del brindis. Desde luego, que brindes un toro y que al poco te toquen palmas por pesado es tremendo pero les da igual ocho que ochenta.
Tendida trasera, perdiendo la muleta y saliéndose de la suerte más siete descabellos.
En nuestra opinión, quizás ha sido la corrida mejor presentada y, a la vez, la más aburrida. Sumen a ello el viento, los puyazos traseros y las estocadas tan defectuosas que vimos. En conclusión, una tarde ciertamente para olvidar. Pero ojo porque la hubiéramos recordado para siempre en caso de que esas bernadinas ridículas de López lo hubieran dejado gravemente herido. ¿Habrá aprendido la lección?
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
Rafa lo de la baraka que te comenté el otro día de Román,un periodista muy famoso en una página de pago taurina la ha copiado pero para López Simón ,te doy mi enhorabuena porque veo que te siguen muchos periodistas taurinos .
ResponderEliminar¡Anda! No sé quién será. A ver si algunos de los que siguen escribiendo 'bernardinas' leen la entrada de hoy y se dan cuenta de su error.
EliminarEso que dice usted de que siguen nuestro modesto blog 'muchos' periodistas taurinos, permítame que lo dude, si no le molesta.
Saludos.
Buenas tardes. Este blog se ha convertido en uno de los puntos de referencia donde leer las crónicas de la feria, además de los otros dos o tres autores que también van en sintonía con mi visión de lo que debe ser la tauromaquia. Lógicamente habrá puntos de discrepancia pero dentro de una visión parecida alejada del taurinismo reinante en los medios de comunicación.
ResponderEliminarDicho esto, quería hacer unas puntualizaciones. Tiene usted razón, y es una de mis quejas, en que se jalea más el toreo de adorno que las suertes fundamentales. Soy muy crítico con ello como no podía ser de otra manera. Pero es que la mucha gente que acude a la plaza ni entiende ni tiene la más mínima intención de aprender. Lo peor es que con el paso del tiempo se van convirtiendo en mayoría y vienen mal aleccionados por los comentarios de Muñoz y compañía.
Otra puntualización, no siempre es una vara de medir fiable el número de caídas dentro de un festejo porque es bien sabido que los peones castigan mucho más a las ganaderías toristas con los capotes que a las del monoencaste. Es otra de las cosas que protestamos en la plaza, da rabia ver cómo se esfuerzan en mantener en pie toros que no pueden con su alma a base de no bajar la mano o de simular la suerte de varas mientras que a otras ganaderías les da lo que no está en los escritos. La ganadería del Puerto, picada como algunas que todos sabemos y bajándole las manos, hubiera rodado por el suelo más del doble de veces de las consignadas en la crónica.
El otro día le decía que posiblemente no se protestara a un toro de la ganadería de Adolfo Martín porque había preparado un sobrero de Victoriano del Río y a usted eso le pareció mal. Puedo entenderlo pero póngase en nuestro lugar, somos aficionados que vemos entre 50 y 80 corridas al año, estamos hartísimos del monoencaste, del toro aburrido, del toro de carril. Es lógico que las pocas veces que tenemos oportunidad de ver algo diferente prefiramos que se mantenga en el ruedo porque, un albaserrada mermado de facultades ofrece más emoción que la mayoría de toros del monoencaste.
Un saludo desde Madrid
Celebro que usted tenga en tan buena consideración este modesto blog. Entiendo su posición en lo de las caídas y hasta la compartiría en caso de ser yo uno que viera esas cincuenta u ochenta corridas. Hay una cosa de la que no tengo la menor duda: en caso de que yo tuviera la heroicidad de ver tantas corridas y el placer de que fuera a su lado, estoy convencido de que nos íbamos a entender perfectamente por lo que intuyo de sus intervenciones por aquí. No nos íbamos a distanciar demasiado por un pañuelo verde de más o de menos.
EliminarSaludos.