FERIA DE SAN ISIDRO, 2019 (20): GARCIGRANDE: UN TORO EMPALAGOSO

No se aplica este calificativo a los toros sino a los alimentos. En español quiere decir 'que fastidia por su excesiva dulzura'. Pues resulta que la definición va que ni pintada para ese tal 'Poeta' de Domingo Hernández que era un torito bañado en chocolate y recubierto de azúcar en polvo. Fue difícil de digerir para los que entendemos la tauromaquia como el dominio de un toro pero entusiasmó a los aficionados más toreriles. Excusamos decirles que si el torillo resultó empalagoso en el ruedo, lo de los comentaristas televisivos fue absolutamente insufrible. Incluso el propio Marín los dejó en mal lugar sacando defectos a un animalico que para ellos era 'de vacas' (Rincón lo repitió hasta la náusea). La verdad es que usted deja como semental a este 'Poeta' y le convierte la ganadería en un convento de ursulinas.

Hubo baile de corrales en el que no entraremos porque desconocemos los intríngulis. El ganadero estuvo elegante cuando dijo que:

"Si de ocho toros sólo me aprueban tres, el único responsable soy yo; no sirven excusas, hay que hacer las cosas bien. Ningún reproche al presidente y a los veterinarios, por mi parte, mi máximo respeto"

Lo que nos extraña es que en una ganadería tan extensa como la suya no encontrase toros de mejor nota que los que vimos ayer. Excepto el último, los demás no dieron la talla. Mención aparte merece la desigualdad de presentación. Destacó lo que comentábamos aquí: los toros de Garcigrande no gustan nada a los picadores porque se van al pecho. Lo hicieron todos los de este hierro. El cuarto estuvo a punto de derribar y el quinto lo hizo por esa manía que tienen de regatear e irse a los cuartos delanteros del caballo:

CASTELLA. Salió al ruedo cruzado. Sus pocas ganas saltaban a la vista, ni siquiera se esforzó en disimularlas. Se ve que estaba enfadado. Dijo que le molestó mucho el baile de corrales pero nosotros creemos que fue porque estaba convencido de que si en lugar de él, es El Juli, el ganadero se esmera mucho más en traer otros toros.

Esa posible excusa le valdría para el segundo pero no para su primero, que era de Buenavista. Esta ganadería es favorita suya porque frente a uno hizo su 'toreo soñado' que es nuestra pesadilla (recuerden aquí cuando se negó a matarlo y le cayó la multa correspondiente). El choto era salpicado, gargantillo, rabicano y, para nosotros, mejor llorón que ojalado:

Permitió que lo masacrase Santi Pérez en el caballo. Como el francés venía enfadado y sin ganas, le dio todo igual, empezando por el respetable. El picador lo miraba y seguía arreando ¿qué más quieren? Roca a este pobre animal le pega dos picotazos y le corta una oreja. Castella estaba de vuelta de todo.

Buen segundo par de Viotti:

Pero el torillo estaba muerto en vida. ¿De qué tenía miedo Castella para permitir que lo asesinasen en varas? ¿Cómo se puede venir a Madrid con esa actitud? Dos pinchazos y media puñalada sin cruzar más descabello. El bondadoso público madrileño ni lo silbó. Por lo menos doña Clotilde trajo su animalillo en puntas, no como lo que sacó en San Clemente (recuerden aquí las tristes imágenes de sus toros).

FOTO: Julián López

Su segundo era chato como un pablorromero:

Tres veces fue al caballo para que Melgar lo dejase como un colador. Al final, el maestro hacía aspavientos con el brazo para que parase la carnicería pero no nos engañó montando el numerito. Menos mal que pareó José Chacón, ¡excelente!

El toro era un poco pegajosillo y, como el diestro venía mal despierto de la siesta, se lo pasó a dos metros sin ninguna vergüenza. Dado que ya dijimos que estaba molesto con Justo Hernández, se tomó cumplida venganza pegándole al toro un navajazo como para llevarlo a la Isla del Diablo con Papillon. No verán la foto en ningún sitio porque ni los de televisión lo quisieron repetir, pero ahí tienen lo que hizo:

Menuda indignidad aunque el bondadosísimo y sentimental público de Las Ventas volvió a guardar silencio.

LORENZO.  A su primero lo lidiaron fatal dándole cien capotazos. Buen segundo par de Rafael González y el torillo que se mostraba noblón yendo y viniendo. Sorprendentemente, en televisión decían que tenía gran transmisión (?). Ahí lo tienen, al paso:

FOTO: Julián López

Nos aburrieron los dos, el de cuatro patas y el de dos. Pinchazo y casi entera trasera sin puntilla perdiendo la muleta (la perdió tres veces). ¿Saben por qué la perdió al matar? Pues porque tapa la cara del toro con tanta alevosía que el animal le pisa los vuelos. Si la liase correctamente y apuntase con el palo al morro, no le pasaría pero eso tiene mucho más riesgo porque el toro te ve. Ahí esta la mano izquierda del toro pisando en el instante del telonazo:

Su segundo era colorado anteado y zancudo. Fue el que derribó yéndose al pecho y lo pagó con creces porque Sánchez se enfadó y en el segundo le metió una carioca en el espinazo que lo dejó seco. A Lorenzo la carioca le daba igual, él pasaba por allí.

El bicho quedó un poco protestante y distraído pero sin maldad:

FOTO: Julián López

No hubo nada de interés. Dos pinchazos y caída en el lomo con sus trampas habituales. Ha estado tres tardes en san Isidro y se va con más pena que gloria, dejémoslo aquí.

MARÍN. Su primero fue el 'Poeta' protestado de salida por su carita anovillada. Como venía picado del campo, Marín veroniqueó a placer:

Monopuyazo donde le tapan la salida mientras el toro empuja con desesperación. No hubo segundo puyazo. En televisión, el comentario fue éste: 'qué calidad tiene, se le nota la nobleza en la cara, ¡hay que medirlo, no hay que molestarle!' ¿Se dan cuenta de que parece que hablen de un perrillo faldero en lugar de un toro de combate? 

El pobre animal era una hermanita de la caridad pero Marín no tuvo piedad y en el recibo muletero le pegó tres trincherazos de duro castigo, ¡tres trincherazos a este torillo, que era un amigo! 

Nos pareció ver una lágrima en 'Poeta', mirando al diestro como diciendo '¿por qué me haces esto si yo he venido a hacerte feliz a ti y a los comentaristas televisivos?'

FOTO: Julián López

Marín se dedicó a ponerse a un lado para no quebrantarlo como se puede apreciar aquí abajo. Es curioso que Rincón dijera que 'es difícil ver hoy un torero que eche la pata p'atrás'. Pero, César, ¡si es justo al revés! ¿De qué planeta viniste? Mira:

No faltó el tiovivo que nosotros entendemos como la máxima humillación para un ganadero:

El choto atontolinado pronto se asfixió y luego el diestro se lamentaba de que no hubiera durado más...¡Pues no le pegues tres trincheras de salida, por el amor de Dios! El final de faena fue penoso. La lidia se había convertido ya en un ballet muy triste con el animalillo arrastrándose y Marín haciendo poses a su lado. Que conste que todo esto es nuestra modesta impresión porque por ahí leerán las cursilerías habituales sobre esta faena que a nosotros nos dejó totalmente desmoralizados.

FOTO: Julián López

Estocada pasada muy aceptable y oreja. En televisión quedaron desagradablemente sorprendidos de que el público no pidiera las dos. Fueron muy críticos con esa actitud. Así es como educan al aficionado.

El último fue el mejor en la muleta a pesar de sus feas hechuras con su lomo recto y su exceso de kilos (para que luego digan de las hechuras). Decimos que fue el mejor porque sacó cierto nervio, como los garcigrandes que gustan a su propietario, no como el empalagoso mantecado anterior.

Era un toro de quince muletazos bien dados, cargando la suerte, hondos, largos y estocada en lo alto. Pues no: Marín se dedicó a pegar pases quedando por debajo del toro, siempre en nuestra discutible opinión. 

Las bernadinas finales fueron jaleadas como en una plaza pueblerina, es acongojante. Pinchazo y estocada caída y trasera tapando la cara y perdiendo la muleta. El motivo es el mismo que en Lorenzo, pega el telonazo extendiendo la muleta y el toro se la pisa con la mano izquierda:

A pesar de todo lo que hemos dicho, se pidió la oreja. En las imágenes parecía una petición mayoritaria pero el presidente la negó. Para nosotros, esa oreja era de pueblo pero si el pueblo la pide... Al fin y al cabo, estamos en una plaza de pueblo, el pueblo más grande de España. Aunque somos conscientes de la tremenda vergüenza que tienen que estar pasando muchos buenos aficionados sentados allí mientras la isidrada disfruta pidiendo orejas e insultando al presidente.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.