Uno de nuestros selectos lectores nos suele insistir en que no tiene nada que ver un cinqueño con un cuatreño. Alaba siempre al cinqueño porque tiene más sentido, más trapío, cuernos más largos e incluso nos decía con sorna que hasta su bufido es diferente.
Nosotros no es que neguemos la mayor pero ponemos en cuarentena que eso sea la regla ya que cuando salen cinqueños como los de ayer de Juan Pedro, la diferencia no se ve por ningún lado.
La corrida dio una media de 568 kilos. Los ojos somnolientos de este juampedro no tienen nada que ver con los ojos de loco de los toros de Reta:
El ganadero decía antes de empezar que su deseo era que la corrida embistiera para que los toreros pudieran expresar lo que llevan en su alma. Entre lo desapacible de la tarde y la poca colaboración de las reses nos quedamos sin saber lo que llevaban los tres en sus almas. Una lástima...
Los cinqueños salieron en puntas, con las caras muy iguales y como se piden ahora, esto es, con perfil, sin abrir y cerrando arriba. Todos tuvieron poquita raza, cierta sosería, buena dosis de nobleza y anduvieron en el caballo de visita. El propietario dijo que los toros habían tenido la fuerza que se requiere en Madrid, afirmación que pasan las horas y seguimos sin comprender.
Como es habitual todos iban con las taleguillas recauchutadas, miren qué pliegues:
Quizá eso salvo a Téllez de una herida con sangre porque insistimos en que estaban limpios:
Por último, decir que la pancarta que exhibió el 7 a cuenta de lo del día anterior donde se leía PALCOS EXIGENTES-MENOS TRIUNFALISMO fue convenientemente ignorada por los comentaristas.
LUQUE. Su primero era negro mate, listón y astifino, como se ve en la foto del maestro Moore:
Picotazo en el primero con el vale ya del maestro dicho de verdad. En el segundo salta con alegría y recibe otro picotazo pero en el lomo. El primer tercio se saldó como ven, con un simulacro. Fue la tónica general. Se pegó más al Llavero de Reta en un solo puyazo en Guadalix que a estos seis juampedros juntos.
Justo cuando anotábamos que Téllez estaba haciendo un quite de frente por detrás que no venía a cuento por el aire, el toro en el segundo lance lo arrolló y la caída fue escalofriante.
Ni en la plaza ni en televisión se apercibieron de que además se llevó una coz del toro en la cabeza que lo noqueó. Es ésta:
Juan Contreras puso un buen segundo par mientras el toro se dolía y escarbaba. Luque trató de inicio al toro con guante blanco pasándolo de aquí para allá sin quebrantarlo. El peligro venía de la ventolera y no del animal, que más que embestir se arrastraba.
Ante reses así, Luque es un torero que no interesa. La pesadez terminó con una estocada hasta la tela pero trasera y caída. Los comentaristas televisivos no son lectores de nuestro modesto blog, ni falta que hace. Lo decimos porque De la Cámara se admiraba de que hoy en día todas las estocadas se vayan traseras, debe de ser que habrá cambiado algo en la ejecución de la suerte de matar... Lo que sucede ustedes ya lo saben dado que lo contábamos aquí.
Su segundo tenía un nombre muy adecuado para los efluvios que emanan últimamente de los tendidos venteños: se llamaba Lingotazo. Era un colorado ojo de perdiz, anteado, cornilevantado y corniapretado, apretado también de carnes y con trapío:
Lo puso largo en el primero y el toro se vino alegre mientras El Patilla marraba, recargaba y tapaba la salida. En el segundo le pegó en el lomo, o sea que se llevó en total tres agujeros y ninguno en el sitio.
Este toro parecía menos tonto que sus hermanos sin que tampoco fuese Pitágoras. Meneaba la cabeza y la llevaba a media altura, lo cual son dos delitos castigados con la pena de muerte en casa de Juan Pedro. Pero tenía fijeza en la tela y eso lo aprovechó Luque para pasárselo sin novedad aunque con la incesante molestia del aire.
Se equivoca entrando en la suerte contraria y el toro le pone los pitones en el pecho. No obstante, deja una entera trasera perdiendo la muleta y viniendo con la mano por la estratosfera:
TÉLLEZ. Decidió salir a torear bajo su propia responsabilidad tras la voltereta recibida al principio de la corrida. Digamos como curiosidad que compartimos con él la afición a los toros y al ciclismo aunque esa simpatía no deberá hacernos perder la imparcialidad.
Su primero era un negro mate, bien musculado y bien encornado, muy serio:
Puso el toro muy mal en suerte porque el primer tercio no va con él. Puyazo traserísimo aunque sin apretar. Parecía imposible pincharle más atrás y el caballero Marcial lo consiguió aunque fue un picotazo.
Con el sentimentalismo del público madrileño tras ver cómo regresaba de la enfermería, veíamos venir el triunfo del maestro ya desde que brindó al público.
El toro iba y venía sin novedad mientras el diestro andaba con demasiadas probaturas. Vimos a Téllez bastante frío, sin acoplarse, desaprovechando una oportunidad de oro al querer torear con tanta pausa que quedó desangelado. Añadan a ello las rachas de viento con lo que el resultado quedó en agua de borrajas.
Cuando el toro se descuadró en la suerte natural lo puso en la contraria sin ningún criterio. Pinchazo malo y entera tendida, pasada, perdiendo la muleta. Otro que pega el telonazo y lleva la mano por la andanada:
El lidiado en sexto lugar era un toro negro, tocadito arriba y con 598 kilos bien llevados:
Las verónicas de Téllez fueron todas de escandaloso paso atrás pero se jalearon con oles.
Le señalan sin que pelee en ambas entradas culminando un festejo en que la prestación de los de Juan Pedro en el primer tercio fue menos que insignificante.
Navazo puso un segundo par sobresaliente y en conjunto fue el mejor subalterno de la corrida. Va a ser el par de la feria.
El toro tenía una embestida orejil de quince pases y estocada. Pongan ustedes que fuera por el golpe que llevaba el maestro en la columna o por el pezuñazo recibido en el cráneo o por el viento o por la frialdad del tendido en tarde desapacible... o vaya usted a saber por qué pero el caso es que la faena no existió.
Fue curioso que el toro embestía peor al final que al principio como quejándose de que no había sido bien toreado. Pinchazo tapando la cara y casi entera caída y trasera a capón.
DE MANUEL. Su primero era un negro, levemente chorreado en morcillo, bizco del izquierdo:
De Manuel es otro de los toreros jóvenes a los que el primer tercio les da grima. De todas formas aquí vimos un patético simulacro con un par de picotazos.
Fue un poco insultante que brindase al público este torillo. Se echó de rodillas en el platillo mientras una voz del tendido decía: ¡no está la tarde para tonterías, chaval!, refiriéndose al viento.
El toro era noble con avaricia y quería puntear la tela. En televisión hablaban de casta, lo cual nos pareció una exageración. De Manuel tiene un toreo académico y eso puede interpretarse en el buen o mal sentido. A nosotros no nos dice gran cosa hasta el momento.
Pinchazo arriba, media delantera tendida que escupe y estocada en buen sitio pero las tres veces pegando el telonazo. Y dos avisos. Fue un genuino volapié, observen el toro. Recuerden que cuando decían a Costillares que era el inventor del volapié respondía que lo habían inventado los toros porque me pedían esa muerte y se la he dao:
Su segundo era un castaño ojinegro, veleto, con el morro plano y muy fino de cabos:
Cruz le hizo un siete al pobre, que empujó en el peto con fiereza pero con la cara alta. En el segundo le volvió a clavar contrario y caído de manera deleznable. En total, le hizo tres agujeros más el descosido en la piel.
Estuvo muy aseado con los palos Rey a pesar del feo terno naranja y plata que estrenaba. No creemos que lo haya escogido su novia.
El toro tenía un calamocheo molesto que se sumaba al aire imperante. De Manuel intentó mostrarse firme y bajarle la mano pero si la bajaba mucho, el animal se iba al suelo. No le reprocharemos nada porque demostró valor y decisión con el viento molestando sin piedad.
Dos pinchazos y entera pasada arriba, entrando siempre con el delantal y pegando la puñalada:
Corrida para olvidar y eso que la presentación de los toros fue impecable. Reiteraremos una vez más que nosotros preferiremos siempre casta que trapío y antes nos sudarán los dientes que cambiar de opinión.
Cuidado porque la tarde se podría haber saldado con una desgracia terrible para Ángel Téllez. Una voltereta como ésa te deja en silla de ruedas y lo peor es que la culpa sólo hubiera sido suya por hacer un quite temerario.
En nuestro modesto blog valoramos la valentía de los toreros pero siempre criticaremos la temeridad que, como decíamos aquí, no es más que la gamberrada del valiente.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
Imagínese la corrida de cuatreños, por los suelos... La edad da, pero no hace milagros. Vamos q esta ganaderia como todas las comerciales es menos comercial de cinqueña, pero no por ello deja de ser.... Buena crónica como siempre.
ResponderEliminarJajajajja. Tiene usted respuesta para todo. Estamos de acuerdo en que si la corrida llega a ser cuatreña duerme a las ovejas.
EliminarSaludos
Milagros a Lourdes y menos con esta casta (padres y madres) cuyo fin es el disfrute del torero de turno y el arte del pegapasismo. Es la ganaderia más escandalosamente pastueña (en el peor de los sentidos de monjil) y menos volitiva del campo. Sus animales con 4 años embiste como eales y con 5 como novillos. Son "toros" inmaduros. Los q envía a otras plazas de cuatreños aún son más indecentes y más ovejas.
EliminarFíjese hasta q grado no es volitiva q no se les permite ni mirar a los de dos patas en los tentaderos. Y menos girar la cabeza. Es lo q algún ganadero cree q es fijeza y no es más q eliminar lo volitivo del toro. Saludos, creo q he usado mucho este "modesto" blog por hoy para desahogo
ResponderEliminarEs que el toro volitivo es una especie en peligro de extinción. Por otro lado puede utilizar este cuadernillo como desahogo siempre que quiera. Saludos.
EliminarDespués de responderle pensaba que en la tauromaquia tendría que haber un axioma y es: el toro de lidia o es volitivo o no es. En caso de no serlo, estamos hablando de otro animal.
EliminarEl otro día un amigo lector me explicaba la diferencia entre un toro colaborador y uno doméstico diciendo que este último es peor. Pero ya ve usted como nos tenemos que ver discutiendo sobre estas categorías...
Una tarde de esas que aburren a las ostras en las que acabas el festejo diciendo: "para qué he venido, con el frío y el viento que hemos tenido que soportar".
ResponderEliminarToros que no emocionaban absolutamente nada y toreros que tampoco levantaron la tarde. Luque necesita un toro más alegre para lucir su tauromaquia. Téllez está devolviendo por segunda vez el crédito que le queda del anterior San Isidro. De Manuel me pareció un pesado de tomo y lomo.
Ni siquiera Iván García banderilleó bien como suele. Me perdí el par de Juan Navazo porque no aguanté el sexto toro pero le tengo en muy buena consideración desde hace tiempo. Además el que me metió en esto de los toros fue un amigo que le llevaba en su etapa de novillero.
Saludos de un aficionado venteño.
Vi la corrida por el pequeño compromiso que me he creado yo mismo de comentarlas por aquí. Si no fuese por el blog, jamás hubiera visto este festejo ni en la plaza ni por televisión.
EliminarBien visto lo de García a quien ya ha visto que no cito en la crónica.
Saludos
Buenas Rafa .
ResponderEliminarComentas que unos de los picadores le hizo un siete al toro . ¿Qué probabilidad crees que habrá de que la puya estuviera montada al revés?
Saludos
Creo que ninguna. En primer lugar porque la tarde transcurría tan anodina en el tercio de varas que con el picotazo era suficiente. Y además el toro salió disparado hacia el caballo un poco por sorpresa y Prieto marró, sin más. Tras hacerle el siete la puya resbaló y la apoyó casi en el cuadril donde le hizo otro agujero
EliminarSaludos