FERIA DE SAN ISIDRO, 2023 (13). EL PUERTO: FILIAS Y FOBIAS

La corrida vino un poco desigual, con cara y blandita de remos. No fueron terneras pero tampoco especialmente encastados. Si no llegan a rodar por el suelo, a estas horas hablaríamos de una lluvia de orejas, no lo duden. Dio una media de 552 kilos.

MANZANARES. Su primero para nosotros no era un negro salpicado como se anunció sino un carbonero. Blando y protestado:

Muy mal el diestro permitiendo el relance, mientras el toro se dedica a cabecear enloquecido. Nada en el segundo, con Manzanares ausente de la lidia, es que ni puso el toro en suerte. Pareció salir lesionado de la mano izquierda. Entre tanto, nos deleitábamos con ese capote suyo que construyeron en los astilleros de Bazán:

Ya que hablamos de lances, el mejor que se vio en toda la tarde fue esta larga de De Justo en su quite. Con eso está dicho todo acerca de lo que hicieron con la capa durante todo el festejo los tres grandes figurones:

Como el presidente no enseñó el verde, la primera faena empezaba de uñas. El diestro quiso hacer de enfermero para intentar acallar al tendido. El animal era una maquinita de embestir pero iba y venía insulsamente.

Mostraba Manzanares en el vestido los habituales pliegues en la taleguilla, igual que sus dos compañeros. Roca fue más listo y se presentó de catafalco y oro con cabos blancos, así se disimulan mucho mejor.

Rincón dijo que el toro tiene casta, emotividad y clase y si se cae es por su propio ímpetu. Sin comentarios. Estocada arriba un poco desprendida saliéndose de la suerte pero aprovechándose como siempre de su larguísimo brazo, el más largo de la historia junto al de Villalta. La diferencia es que el bueno de Nicanor no pegaba ese pasito que ven hacia afuera para dárnosla con queso:

El toro murió en los medios y ya van cuatro en la feria aunque éste fue el primero cuyo mérito reconocieron los televisivos.

Su segundo tenía poco cuello y era casi veleto, negro mate:

María le tapó la salida con maldad y el toro se limitó a cubrir el expediente. En el segundo recargó con muy poca vergüenza, levantándose de la montura con sevicia mientras lo aplaudían desde el tendido de forma absolutamente demencial.

Abraham Neiro puso el tercer mejor par de la feria después de Navazo y Curro Javier.

Manzanares tenía delante otro toro tontuelo que pasaba por allí pero que se paraba. ¿A qué venía esa paliza en varas? Fue una pesadez insufrible. Luego se quejaba diciendo: ha sido una pena porque uno viene aquí con ganas de torear y yo no he podido con éste. Pues con su pan se lo coma. Ahí lo tienen:

Pinchazo malo y entera un poco atravesada siempre saliéndose de la suerte y estirando el brazo. Sobre su tan alabada manera de entrar a matar, recuerden esta entrada (abstenerse los seguidores del diestro).

DE JUSTO. Su primero era un negro zaíno de piel muy fina, cornigacho, cornilevantado y muy ofensivo. Tenía las patas de alabastro y fue al corral:

Salió un sobrero de El Vellosino de casi seiscientos kilos y astifino. Era castaño salpicado, bociblanco y carinegro, con la mirada somnolienta, como gusta a los toreros. Se aprecia perfectamente en la instantánea del maestro Moore:

Disculpamos al piquero en el primero porque el toro venía abanto de lejos pero cuando se soltó y se quedó mirando el peto, le clavó caído y contrario mientras en televisión el comentarista decía que era en todo lo alto. Cuando en el segundo le perpetró una lanzada en el lomo, Delgado calló y sólo dijo que el toro se iba suelto. La sombra de Emilio Muñoz en los comentarios recorrió como un fantasma la retransmisión.

Morenito de Arles consiguió centrarlo en el capote de brega porque el animal acumulaba ya seis vueltas al ruedo desde su salida.

Pasó la pelota al maestro, quien tenía que encargarse de cortar las correrías del toro de raíz. Para ello se dobló muy bien con él por abajo y luego le dejó la muleta en la cara.

El de Vellosino era muy noble aunque muy descompuesto. Por ahí anduvo, mientras el maestro se ponía muy pesado dando pases sin que el toro colaborase.

Pinchazo y estocada desprendida huyendo desairado porque la muleta se enganchó en un pitón y tuvo que abandonarla.

El quinto era un toro negro listón, largo, enmorrillado, bien encornado. El único que remató en la madera:

Lo capeó rodilla en tierra pero echando la pierna atrás. Luego se puso teatrero bregando para ganarse palmas fáciles. 

En el primero cobra trasero con la salida tapada y llevándose dos agujeros. En el segundo le dan con el túrmix y el toro demuestra tener las manos de plastilina.

Ahora Morenito se alivió con los palos pero lo hicieron saludar.

Brindó al seleccionador nacional. El tal Cigarro iba a entregar las orejas en bandeja siempre que el diestro evitase la claudicación. Su inicio rodilla en tierra fue lo mejor que hizo con la muleta en toda la tarde, según nuestro maniático gusto, claro. El problema fue que acto seguido se dedicó a destorear sabiendo que en esta plaza se le permite lo que a otros no se consiente. Recuerden nuestro titular y observen cómo embarca al toro:

 

Por el izquierdo el viaje del animal era más cortito y el diestro se alivió con el pico. Pinchazo y estocada trasera y desprendida. Muy mal corriendo al platillo antes de que el toro fuera apuntillado. ¡Un poco de respeto a quien te da de comer!

Se notaba la decepción de los televisivos al ver que la petición era minoritaria ya que Rincón hablaba tras la estocada de dos orejas indudables.

ROCA. Iba sin fajín o se le había subido. Recuerden que Gallito tampoco llevaba fajín cuando salio a lidiar a Bailador. Su primero era acarnerado, carifosco y cornidelantero, protestado de salida por su trapío:

La noticia fue que Molina no recargó ni tapó la salida en el primero. En el segundo marró y al rectificar le hizo otro agujero diferente.

En el capote de Chacón se vio que el torete iba a ir y venir sin plantear ningún problema al peruano. Rincón volvía a hablar de ímpetu y de casta en el toro, cosa que sólo veía él. El tendido se dividió entre los que aplaudían y los protestantes ya que las manos del toro se doblaban más de la cuenta. Casas se felicitó en televisión de que se viniesen arriba los clavelistas encarándose con los quejumbrosos.

Para no quebrantarlo mantuvo la muleta a media altura, le abrió la puerta y lo llevó muy en línea. A nosotros nos aburrió.

El toro no estaba nada claro para bernadinas pero Roca sabía que era la manera de arrancar una oreja tal como estaba el gallinero, dicho sea sin ofender. Sus peones estaban con los dos pies en el ruedo ante esos pases finales de adorno que fueron muy arriesgados.

Pinchazo muy bueno y estocada caída y con derrame ¡tapando la cara! Muy mal, maestro, eso nunca lo esperamos de usted.

El sexto era un negro listón, zarco, ajamonado de atrás y cornalón:

Va al caballo a su aire con Roca dimitido pero la pelea no valió nada en ninguna de las dos entradas. Blandeaba muy a su sabor.

Como en el peto había estado de visita el toro enseñaba también las orejas de premio. Roca iba a tener más problemas con el aire que con su enemigo. Pero la faena languideció mientras se recrudecían las voces en el tendido. A ver si nos dicen si ven mucha diferencia entre uno y otro:

Terminó con un par de bilbaínas de pueblo en fiestas. Entera perpendicular perdiendo la muleta ya que el toro se la pisa por no liarla bien:

La corrida nos dejó clarísimo el rasero diferente con que se mide a Roca y a De Justo en este coso. Alguno nos dirá que De Justo ha dado la cara ante toros mucho más encastados y difíciles que Roca. Hay verdad en ello pero aquí nosotros juzgamos a los maestros por lo que hacen, no por lo que hicieron.

Respecto a los toros las figuras los seguirán pidiendo porque insistimos en lo que decíamos al principio: si no llega a ser por su blandura de remos, la corrida se salda fácilmente con cuatro o cinco orejas más el azul al quinto y las campanas al vuelo de la crítica paniaguada.

Este fin de semana estaremos en Vic-Fezensac, Dios queriendo. No sabemos si tendremos tiempo de ver en diferido las corridas de Madrid para hacer la crónica. Es que entre quedarnos a departir por la tarde con los amigos aficionados de España y Francia que nos encontraremos allí o salir corriendo para ver lo de Las Ventas, ¡qué quieren que les digamos! Es que no hay color...

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.